Dicen que antes sabía decir todo lo que soy.
Dicen que fui un hechizo de tiempos antiguos; un imposible.
Me han contado que conocía mi Anhelo, esa ironía me cuentan. Que el concepto efímero y mutable de lo que soy, fui y seré, era una palabra en mi boca. Una palabra para hacerme notar, dos para imponer mi criterio y tres para quebrar la realidad con mi alquimia. Dicen que fui Muse Ge’O, la sentencia. El regalo de K’Vasi. La piedra filosofal de sí misma. Sé que fui y quiero creer que soy la esposa del Gran Alquimista, Cixlu. Y otros decían que era su sombra y ventaja.
Hoy no sé que soy.
¿Qué soy si cada noche cambio? ¿Soy lo que era si no recuerdo mi rostro? ¿Soy humana al menos?
¿Soy lo que me cuentan que fui o lo que mantiene erguido al hombre roto que carga la esperanza del mundo?
Creo que yo lo rompí…
Aunque prefiero pensar que soy lo que lo mantiene vivo, la verdad no importa si no la recuerdo. A pesar de ello, soy los despojos de Muse, una muerta en vida a la que el Gran Alquimista se aferra.
No, no lo mantengo erguido: lo lastro.
Cixlu vive tan muerto como yo, luchando en vano por revivirnos a ambos. Al Gran Alquimista lo consume la culpa. Yo soy la culpa.
Soy el pecado del Gran Alquimista.
Soy lo poco que quedó cuando la antigua casa Ge’O enfrentó al Resplandor por su cuenta. Soy lo poco que queda tras la tardanza de Cixlu. El alquimista más poderoso del mundo no llegó a tiempo para proteger a los suyos del Resplandor. Estaba inmerso en su alquimia, no creyó que el némesis de Ogok’Ib tocara a la puerta de los Ge’O. Dicen que a los que están vivos los salvé yo, y que lo que quedó de mi al enfrentarme al Resplandor es lo que soy.
Soy la vergüenza del Gran Alquimista.
¿Solo eso soy?
¿O también es una forma de mi Anhelo este cuerpo de pez que se ahoga entre las sábanas de una cama?
¿Lo era el anillo viejo y roto que tuve por apariencia cuando me desperté ayer?
¿O acaso mi Anhelo tiene algo que ver con esa tristeza etérea que una vez fui?
¿Alguna vez has sido un sentimiento? Quisiera preguntarte eso temerosa muchacha que carga con asco el cuerpo de pez y lo arroja con indeseada delicadeza al vaso con agua. ¿Eres capaz de imaginar la agonía de ser solo tristeza? Me gustaría preguntar y que me entendieras, pero los peces no hablan. Si escuchas mi voz el Resplandor te rozará el alma. Pobre niña, no te haré eso. No diré una palabra.
¿Si solo supiera quién soy?
¿Seguiré siendo quién era?
¿Quién era?
Hola, Selvar por aquí, un Selvar algo frustrado. Ahora te explico, antes un detalle.
¿Qué te parece Muse? He hablado de ella varias veces en El Archivo, incluso tuvo un pequeño “crossover” en el último capítulo de “Heraldo de la Guerra”, aunque la historia de Dorák e Íria se desarrolla en el mundo Kew’Om y Muse vive en el hermético, agonizante y, en apariencia, olvidado Ogok’Ib. Es uno de los personajes protagónicos de “La Realidad” (el universo en el que ocurren mis historias) y hace tiempo quería mostrar algo más de ella, aunque su novela está en redacción.
Bien, lo que me frustra.
Substack… Me explico, la semana pasada envié un correo para avisar que no publicaría capítulo de Heraldo de la Guerra el viernes pasado, se suponía que ese correo llegaría a todos los que leen la novela. No fue el caso.
En fin, es probable que yo no me entienda con la herramienta.
Este viernes si habrá capítulo. Las razones de no enviar el anterior son:
Corregir erratas.
Organizar la trama para lo que viene, que es mucho.
Heraldo de la Guerra es una reescritura que hago en tiempo real de un texto que terminé con 18 años y empecé con 16 (ha pasado más de una década). Al trabajar en él sobre la marcha llegué a un punto en el que no sabía por donde continuar con los cambios introducidos, así que tuve que parar para pensar.
Pero bueno, seguimos ahora con las No-historias.
No-historias
Sobre ser.
Aquí vamos:
No-historia #109
En la octava torre vive un mago loco.
¡Qué mago, un muchacho! Uno trastornado que es hijo de las sombras prisioneras del País Azul.
¿Él también viene de la torre?
¿Es eso lo que busca el héroe Ymir Furia Negra? ¿El poder de los carceleros que erigieron la torre?
¡Da igual!
Lo que sea que sea el muchacho, que se lo lleve lejos.
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No-historia #110
- ¿Es la tristeza la herida que deja la felicidad arrancada?
- No lo sé.
- Yo creo que sí lo es.
- Pues a esa alma en pena que está allá se la arrancaron de cuajo.
- ¿Y a quien no? Esto es el infierno.
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No-historia #111
El viento es muchas cosas a la vez.
El fuego es muchas cosas con diferentes formas.
El agua es una cosa que se divide en un montón de otras cosas que se le parecen.
La tierra es la cosa más soberbia del mundo.
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Esto es todo por hoy, nos vemos el viernes.