El Resplandor corrompe Ogok’Ib.
Bendecido con poderes legendarios, el Gran Alquimista Cixlu enfrenta a la entidad y logra ahuyentarla por primera vez, pero es joven y comente un error que condenará los Ge’O, Custodios de la Vida, y a su esposa Muse.
Muse, La Sentencia, conocedora de su Anhelo, un tipo de magia antigua y olvidada, enfrenta al Resplandor y logra ahuyentarlo por segunda vez, pero es corrompida por la aberración al intentar proteger a los Ge’O.
Ahora está maldita y condenada a una muerte lenta y tortuosa. Cixlu se culpa por no haber estado presente para enfrentar al Resplandor.
Ella no recuerda quien es y Cixlu soporta la vida con la única esperanza de sanar a Muse. Cuando incluso esto parece imposible, la espada Susurradora, Final de la Verdad, cae en Ogok’Ib y ofrece a los alquimistas la salvación de su mundo a cambio de un cuerpo que pueda sostenerla y devolverla a Alogsui’Gumo, un lejano plano de existencia en La Realidad.
Cixlu acepta que no puede curar a su esposa, pero en un último arrebato de locura decide forzar una oportunidad para Muse, aunque deba subvertir los designios divinos para lograrlo. Se sabe capaz de ello.
Mientras, un rey compasivo lo sacrifica todo para unir a los Alquimistas ante su trágico destino. Un hombre vestido con la misma noche profana almas con apoyo de una entidad sagrada. Las dos sectas religiosas preponderantes compiten a muerte por ganar el favor de Susurradora. Y un joven que ansía atravesar el cielo busca a Muse.
Estas son las no-historias que se asoman a «La Sutileza del Anhelo»
No-historia #5
El alquimista más poderoso del mundo es frágil como su secreto; triste, ingenioso, inmoral e ingenuo. Un solo recuerdo amenaza con destruirlo, el recuerdo del poder en sus manos, de los portentos que obra su alquimia… No debe el Gran Alquimista reparar en sus secretos.
No-historia #6
Emubse Ge’O es imparable. Arrasa. Inhibe. Se Impone. Protege. Hace lo que le da la gana.
No es un Final, esas entidades sagradas de tiempos antiguos.
Su alquimia es débil, es una alquimia ordinaria.
No usa magia antigua, no han encontrado rastros.
Solo se conoce que Emubse hace lo que quiere. Ella arrasa, inhibe, se impone y protege. Ante rey y nobles, ante maestros alquimistas, ante Anteriores.
¿Cómo lo hace?
No-historia #22
¿Quién soy? ¿Muse o una desolada del Resplandor?
¿Quién era antes de ser cada mañana un ser distinto?
¿Cómo era antes de tener un cuerpo externo y otro interior?
¿Qué soy?
No-historia #25
Los Anteriores son esos gigantes de muchas formas que refulgen penumbra cual oscura luz que lo opaca todo.
Son lo que dejó Al’Odi.
Son magia negra, pecado y malicia.
Son algo que los alquimistas no pueden borrar del mundo.
Aunque duermen. Por ahora duermen.
No-historia #26
El Resplandor es la enfermedad del mundo. La paz final y terrible de Okog’Ib. La fuerza que lo torna todo en caos. Transmuta, destruye y crea. Crea aberraciones únicas.
Luz de un color distinto y nuevo que recuerda a todos los otros colores, extiende su velo de cambio a cada azote.
Los alquimistas han perdido la guerra, solo El Gran Vindicador se aferra a la esperanza sin poseerla. Y a él se aferra el mundo.
No-historia #27
Susurradora cayó al mundo. Epítome de la verdad, contenedora de todo cuanto significa. Final de la Verdad. Susurradora, espada de los dioses, está herida.
¿Qué la arrancó de las manos del dios de la Verdad?
¡No importa! Su promesa es esperanza. Los alquimistas aceptan su pacto.
Y se desata la guerra…
No-historia #38
La espada para romper el cielo. ¿Será eso lo que quieren los alquimistas? Atravesar el cielo y dejar Ogok’Ib, igual que yo. ¿Habrán visto a los Anteriores desaparecer en el horizonte? Si, puede ser, pero no es salir lo que quieren, los alquimistas están ciegos.
No-historia #47
No estoy loca, Gran Alquimista. La flor habló y sentí como El Resplandor se manifestaba para destruir lo que soy. Yo… sentí como dejaba de ser coherente. ¡Fue espeluznante! Por favor, Gran Vindicador, salve mi alma… ¡Sálvela o destruya la flor! Cuando regresé no estaba allí ¿Usted la guardó cierto? ¿Qué es esa cosa…? No importa, solo usted puede salvarme del Resplandor ¡Cure en mí el daño de esa flor del fin del mundo!
No-historia #49
Trescientos tres años lleva el Resplandor tragándose el mundo. Poco queda de lo que fue Ogok’Ib, salvo el caos del cambio. Solo quedan las cenizas de las copas ensombreciendo la tierra en la que crece el mal herido tronco. Ahí donde el Gran Vindicador se niega a ceder… donde busca una cura para Muse. El mundo deposita sus esperanzas en un hombre que carece de ellas.
No-historia #68
Confiados de su poder, los alquimistas acudieron a trasmutar aquella desviación que refulgía con extraño brillo. Era apenas una mancha en un páramo común y aburrido. Los alquimistas no estaban preocupados, iban de caza.
Aquello era solo un juego.
El juego que destruyó Ogok’Ib
El juego del fin del mundo.
No-historia #87
Muse creyó enfrentarse a la muerte sola, así que afilo su voluntad para arrastrar con ella a todos los secuaces que pudiera, pero la puerta estalló y la Hilandera irrumpió en el pasillo como una bestia con miles de tentáculos. En un instante, allí donde sus hilos rozaron piel rodó una cabeza.
No-historia #94
… pero justo antes de cerrar la puerta del reservado, un hombre muy alto, vestido con un complejo traje dorado y rojo entró a la posada.
¡Exabrupto de susurros y silencio!
La presencia del hombre tomó posesión del lugar, y, de algún modo, insufló una ola de sonrisas amables y miradas agradecidas en aquella turba de rufianes.
- Hablando de K’Vasi antes de que venga a ofrecernos agua – murmuró Carduk.
El Gran Alquimista reparó en el secuaz y en la espada triangular que portaba. Frunció el ceño y comenzó a escrutar la zona en la que Yan se mantenía invisible. El Infalible decidió dejar de hacer lo necesario para no ser visto y volvió a entrar al reservado. Cuando la gente lo vio, un estallido de maldiciones y versos a K’Vasi borró la calma impuesta por Cixlu.
El Gran Alquimista entró al reservado y todos abandonaron la posada, temerosos por lo que pudiera suceder en aquel encuentro.
No-historia #97
Trescientos tres años atrás, El Resplandor apareció por primera vez.
Los alquimistas fueron derrotados desde el primer encuentro con la aberración.
Estudiaron el fenómeno hasta descubrir que la alquimia estaba matando a Ogok’Ib.
Mientras buscaban una solución el Resplandor destruyó, cambió y creció… hasta el fin del mundo.
No-historia #98
A lo lejos se alzan las torres de hueso en la colina del Gran Alquimista.
Altas, blancas, afiladas y desordenadas. Miles de ellas y cada una era sagrada.
Desde las torres, el Gran Alquimista esparce sus golems. Nadie los ve, pero sus cuerpos devoran la corrupción del Resplandor.
Torres de hueso para frenar la muerte de Ogok’Ib.
No-historia #99
No solo El Resplandor mora en Ogok’Ib.
Los Anteriores, a los que otros llaman Antiguos, están allí.
Estigma de los dioses.
Hay mucho oculto, preso y latente en Ogok’Ib.
Pronto volverán los dioses a buscar su llave.
No-historia #105
Todo cambia siempre en alquimia y mantiene el equilibrio.
Un caos en orden, cosa imposible y tan real.
La alquimia a consecuencia, es impredecible. Es un arma terrible.
El alquimista no interpreta un concepto por lo que sabe que es, sino que lo cambia a lo que será.
La clave es el equilibrio.
No-historia #107
Creyó ver algo en Cixlu hace un momento… ¿Resignación?
No, o no solo eso. Cixlu tenía un plan más, un método desesperado sin dudas. Por desgracia Muse no creía que lo lograra, nadie mejor que ella entendía su condición. Empeoraba. Los cambios eran cada vez más frecuentes, más radicales, menos veces humanos.
No le importaba morir, pero le aterraba dejar solo a Cixlu.
Si ella moría el Gran Alquimista se quedaría vacío, seco, frágil.
Moriría también.
No-historia #114
¿El dios del equilibrio sabe que existe el caos en su mundo?
Si, ese también es parte del equilibrio.
¡K’vasi está loco!
No lo dudo, pero es tu dios.
No-historia #129
La discusión entró en su punto álgido. Yan — El Infalible — se asomó con cautela para ver. Gritos, acusaciones de todo tipo, un forcejeo en aumento entre decenas de sacerdotes apiñados frente a una puerta compuesta por dos gruesos tablones de madera enmarcados en un arco redondo, y maldiciones, más de las que Yan habría esperado. Maldiciones de abolengo, pero igual de letales.
Esa puerta, los sacerdotes agnósticos parecían defenderla, los arbitrarios empujaban hacia ella. Susurradora estaba detrás. Yan decidió que entraría en aquella sala y de inmediato llegó la nueva revelación: Sube antes de ver la corona. Se escucharon pisadas firmes desde la derecha, se acercaba un gran número de soldados. Yan recordó que el rey debería estar en camino y corrió hacia una ventana, volvió a salir al techo y esperó. La discusión aumentó aún más con la llegada de los soldados, pero luego se calmó. Las maldiciones menguaron a desgano y con breves recaídas, como las olas que rompen en la orilla una y otra vez, reacias a ceder el terreno conquistado, pero impotentes ante el poder de la naturaleza. Claro que Imar no era una fuerza de la naturaleza en sí, los sacerdotes se inclinaban ante las apariencias.
No-historia #130
El hombre vestido de noche se detuvo entre las nubes para observar el azote del Resplandor en las lindes de la montaña. Un poco más hacia el sur, la gente del pueblo huía escoltado por soldados y sacerdotes. Entre ellos y la sagrada luz del Resplandor, resistían los vindicadores. E inmerso en la frontera de dios, como una daga impía que en vano anhelase darle muerte, peleaba Cixlu. Al Gran Alquimista lo envolvía un vórtice de cambio que lo alteraba todo al antojo de su alquimia, un vórtice de la más afilada alquimia. Pensó bajar y enfrentarlo, pero entonces Cixlu rugió y una torre de hueso brotó del suelo ante él y creció alta e imponente. El resplandor retrocedió lastimado. El hombre vestido de noche se apresuró hacia la cima.
Y pa cuando el libro gg