📜 ¿Qué tienen los perros y la muerte?
Sagrados perros del infierno #37 El Archivo de Selvar.
Dip, Cadejo, Cú Sídhe, Cerbero, Anubis, Garm, Fenrrir, Sköll, Hati, Huan… ¿Qué pasa con los perros, el infierno y la muerte?
Abundan las leyendas sobre perros infernales o vinculados a la muerte de alguna forma. ¿Por qué?
Piensa en un perro y lo primero que te vendrá a la mente será: “El mejor amigo del hombre”, o algo similar. No te encuentras a un perrito en la calle y piensas: “¡He aquí a un vil enviado de Satanás!” … O si, si vas en una bicicleta y el canino tiene mala sangre, pero eso no justifica la asociación a la muerte.
¿Sabes que sí lo justifica? El miedo. Esta es mi teoría particular, y como todas mis teorías particulares, puede que haga aguas por muchos lugares, así que tómalo con salvavidas.
¿Por qué tenemos perros?
En algún punto de nuestra historia, hace miles de años, como en las leyendas, varias tribus humanas del mundo se aliaron a los lobos expulsados del bosque:
Hogar y huesos a cambio de dientes y aullidos.
Los perros se ganaron un lugar entre los seres humanos primitivos a base de dientes y aullidos. En los tiempos en que se forjaron las leyendas, los perros habrían de estar mucho más cerca de su función original y para nada serían “animales de compañía”. Esa función original no era otra que matar, para proteger, comer, conquistar… pero matar al fin. En tiempos de leyendas, un perro sería grande, agresivo y muy peligroso, así que no faltó mucho para asociarlos con la muerte.
Piensa en los chismes.
Paco le dice a Pedro que el perro de Juan mordió a una señora. Pedro le cuenta a Alberto que el Perro de Juan es fierísimo y le arrancó un cacho a una señora entrada en años. Alberto llama a José, que siempre pasa cerca de casa de Juan, para advertirle de que el perro de Juan “descuartizó a una vieja” … y ahí tienes, poco menos que un Cerbero.
En fin, escribo de esto porque hace cosa de una semana estaba yo, sentado en el suelo de mi cuarto, con la mirada perdida en mundos que solo yo veo, mientras pensaba en qué escribir el domingo, dentro de mi cabeza había un maremágnum de mil temas y dos mil portentos, pero no me decidía por nada, entonces apareció Luna, mi perra, a la que debería llamar Luna Llena, una huskie tan gorda como una morsa, se sienta sobre sus cuartos traseros y me arranca desde mis abismos hasta la realidad con una sola mirada. Debo recalcar esto, a mi perra, aunque me pese, es mejor brincarla que darle la vuelta, es un animalito juguetón, viejo y porfiado que en su juventud escapaba y me hacía perseguirla descalzo por todo el barrio. No es un perro fiero, salvo cuando está comiendo. Bien aclarado esto, continúo. Mi perra me miró y en sus ojos, oculto tras el “Vamos a jugar” y “Dame comida”, encontré el “¿Qué te pasa?” y el “¿Te duele algo?”. Entonces recordé que los perros son más que chuchos y me decidí a rebuscar en mi memoria leyendas sobre perros.
Perros y la muerte, perros y el infierno, perros y el fin del mundo.
Los nórdicos, tienen varias de mis leyendas favoritas sobre perros y lobos. Fenrir, el lobo que, al abrir las fauces, con la mandíbula superior se traga el cielo y con la inferior raja la tierra, es uno de los símbolos del fin del mundo nórdico, una calamidad desatada en el fin de los tiempos. Punto para los perros augurios de muerte y cosas malas. Sus hijos, Sköll y Hati, persiguen cada día al sol y a la luna (Sköll al sol y su hermano a la luna) hasta que los atrapan durante el Ragnarök, y se quedan a medias durante los eclipses.
También en la mitología nórdica, hay un perro nombrado Garm que guarda las puertas del inframundo, muy parecido a Cerbero, aunque a mí me da más miedo Garm, que anuncia la llegada del Ragnarök con sus lamentos y recibe a Odín en el infierno con el pecho lleno de sangre, a saber qué estaría haciendo el chucho para llenarse de sangre.
Anubis no es un perro en toda regla, pero se acerca. Su reconocida función es conducir a los muertos en su viaje hacia el más allá, paralelismo que comparte con ciertos perros de la mitología precolombina.
El Cadejo y el Dip, salvando las diferencias, que son bastantes, comparten una característica común: persiguen borrachos. Creo que he visto un par por mi zona.
Pero fuera de la realidad y los mitos, en la fantasía hay más de un perro legendario, y no pocas veces están relacionados con la muerte. Por ejemplo, Ojos de Noche, el lobo que llevó en su cuerpo el alma de Traspié Hidalgo, de La Trilogía del Vatídico, o Verano, el lobo huargo que mantiene vivo a Bran con sus aullidos bajo una ventana en Invernalia, y con sus dientes, cuando un asesino a sueldo intenta matar al chico vidente de Juego de Tronos. Y mi favorito de todos, Huan, el Perro de Valinor, que durante su vida podrá hablar tres veces con palabras y morirá a la tercera, pero no antes de enfrentarse al lobo más temible que pisará la tierra Tierra Media. Aun se me eriza la piel al leer el aviso que el señor de los licántropos de Angband le diera a Sauron antes de morir, tras fracasar en su misión de capturar a la bella elfa Lúthien:
“Huan está allí”
Sauron no hizo caso de la advertencia y…
“En ese momento saltó Huan, y así empezó la contienda entre Huan y Sauron el Lobo, y los aullidos y bramidos resonaron en las colinas, y más allá del valle, y los guardianes de los muros de Ered Wethrin los oyeron a la distancia y se turbaron. Pero ni la brujería ni el hechizo, ni el colmillo ni el veneno, ni la habilidad demoníaca ni la fuerza bestial podían superar a Huan de Valinor; y apresó a su enemigo por el cuello y dio con él por tierra. Entonces Sauron mudó de aspecto: de lobo se convirtió en serpiente, y de monstruo volvió a la forma de costumbre; pero no podía deshacerse de los dientes de Huan sin abandonar el cuerpo por completo.”
Tolkién, El Silmarillión.
Hay bastante más, podría escribir sobre unos cuantos perros menos fatídicos, pero eso ya es decisión tuya. Si quieres más leyendas sobre perros y lobos, escríbeme un correo.
O, cosa que te recomiendo, no solo por mi cuento, visita la web de
, en la que he tenido el placer de aparecer con una historia sobe Cú Sídhe, uno de los perros más fascinantes de las leyendas, leyendas irlandesas en en este caso.Aquí el enlace: https://lasmilyunanarraciones.wordpress.com/2024/07/12/cu-sidhe-por-salvar-sunfo/
Y no olvides curiosear por la web, seguro te encuentras mil y un cosas interesantes.
Vamos con las No-Historias.
No-historias
Sobre guardianes.
Aquí vamos:
No-historia #85
El perro presenció los juramentos de los hombres e hizo suyo el dolor y la justicia.
Juró también.
Y siguió a la Niña de la Estrella hasta el fin del mundo.
Y cada día que cumplía su juramento crecía más en forma y poder.
Hasta que fue el Final de la lealtad y todo cuanto amenaza a la Niña de la Estrella tiembla y huye si siente la mirada del perro.
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No-historia #86
La montaña solitaria, que parte el viento y la lluvia, que oculta al pueblo de los ejércitos y la arena sangrienta de la llanura, se hace vieja y fría en su afán de proteger todo lo que a su sombra descansa.
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No-historia #87
Muse creyó enfrentarse a la muerte sola, así que afilo su voluntad para arrastrar con ella a todos los secuaces que pudiera, pero la puerta estalló y la Hilandera irrumpió en el pasillo como una bestia con miles de tentáculos. En un instante, allí donde sus hilos rozaron piel rodó una cabeza.
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Bien, hasta aquí por hoy. Recuerda que puedes conocer al Cú Sídhe aquí.
No vemos el domingo.
Muy fan del perro protector de la Niña de la Estrella :)
Ah y he recordado al mexicano xoloitzcuintle, encargado de guiar a las almas de los difuntos hasta el mundo de los muertos.
Genial