📜Susurro...
#19 El Archivo de Selvar: El susurro que opaca los gritos
(Hoy me voy de viaje al terror)
Aún le quedaban cinco kilómetros de viaje, pero su arcaico vehículo no podía ir más rápido.
- Aron tengo miedo, ya están aquí, los escucho aullar, gemir… he visto sus sombras asechar mi ventana… escucha, están arañando los vidrios…
Era el último mensaje de voz en su teléfono, antes había recibido llamadas dominadas por aullidos y lamentos, gritos y un gorgoteo extraño que debía provenir de una garganta afligida por el miedo. Era su esposa, ella padecía licantropía, una enfermedad psiquiátrica. Sufría alucinaciones y estaba segura de ser mitad loba. Durante años había olvidado sus delirios, pero ahora la poseían con más violencia que nunca. Algún medicamento debió fallar y descontrolarla, tenía que llegar a casa lo antes posible.
La carretera estaba aledaña al bosque y las sombras frías de los árboles incentivaban sus temores. Dobló en una curva cerrada para tomar un atajo. A lo lejos pudo ver a una mujer alta y delgada ataviada con un abrigo grueso y peludo. Un escalofrío le surcó el espinazo, a esa distancia creyó ver en ella un licántropo. Sintió miedo de acercarse, pero menospreció sus dudas: “es solo mi imaginación” se obligó a pensar, “nunca ha sucedido nada”. Aun así, a medida que se acercaba a la mujer le costaba más respirar. Ahora podía imaginar que su rostro debía ser feo y alargado, casi inhumano, tragó saliva y pisó el acelerador. Cuando estuvo a menos de diez metros de la criatura comenzó a sentirse en pánico, estaba confundido, no quería creer lo que veía, pero su conciencia gritó más alto “¡Deliro, mis ojos me engañan!” y siguió adelante, aunque no pudo deshacerse de aquel susurro imperioso, aquella duda minúscula que opacaba los gritos de su cordura.
Antes de que pudiera alejarse, la mujer giró el rostro hacia él. El mundo se le detuvo. Un hocico alargado y coronado por la negra nariz de perro saturó sus miedos. No había abrigo, solo era la piel de la mujer loba. La criatura avanzó hacia el auto caminando casi en cuatro patas, sosteniéndose con la punta de algunos dedos. Sus movimientos eran enfermizos, desesperados, ávidos de no sé qué. El choque fue inevitable. Arón pudo ver una lágrima en el rostro de la bestia y un miedo incontrolable, familiar, quizás peor que el suyo. Al frenar golpeó su cabeza contra el volante y se desmayó.
Segundos después reaccionó sobresaltado. El auto se había detenido.
- ¡Dios, fue solo un sueño! – gritó para sí – Pero… ¿cuándo me quedé dormido?
Trató de darle la menor importancia al asunto, el mensaje de su mujer continuaba en el teléfono, como reprochándole sus propios delirios.
- ¿Cuánto ha de estar sufriendo ella? – se recriminó en voz baja antes de arrancar el vehículo.
Un silencio cómplice enmudeció el bosque, percibió algo junto a la ventana del copiloto y alzó la vista con real ingenuidad. Ahí estaba el licántropo. Gritó aterrado. La bestia apretaba su cara contra el cristal e intentaba morderlo, en sus ojos se leía una desesperación corrosiva. Aron pisó el acelerador. La criatura saltó al otro lado del auto y logró introducir la cabeza por la ventanilla abierta, pero el carro avanzó y golpeó al licántropo, que se desplomó gritando más por la desesperación que por el dolor. Aron también gritó espantado por la humanidad de los alaridos y se perdió en la carretera.
Llegó a su casa. Entró y el silencio tomó vida exprimiéndole los nervios hasta beberse cada gota de su miedo. Miró al suelo y vio sangre, sintió que enloquecía. Poco a poco la sangre fue mostrando el rastro de unos pies descalzos avanzando hacia la ventana del cuarto; la puerta estaba abierta y la luz apagada. Un ligero cambio en la forma de las pisadas disparó un azote de culpas sobre su espalda. No llamó a su mujer, la había dejado en la carretera. Encendió la luz y vio como las huellas iban cambiando de humano a lobo en cada paso.
El susurro de la duda había opacado a los gritos de su cordura.
Espero que te gustara esta escapada al terror, no soy ningún experto, pero tengo unas pesadillas muy vívidas… bueno, todos mis sueños lo son. Lo bueno es que no siento miedo cuando sueño y puedo tomar notas mentales para después escribir cosas. Si, ya se que parece una experiencia surrealista, lo es.
Los lectores de fantasía solemos tener, no se por qué, tendencia a soñar cosas locas. Puede que tenga que ver con una imaginación bien entrenada o que el cerebro tenga problemas para digerir los mundos con los que lo atiborramos. En cualquier caso, cuando sueño con mundos fantásticos me despierto de buen ánimo. Y eso que he soñado alguna que otra locura.
Entrevista
Esta vez les presento a Daniel A. D. Pérez, en mis largas horas de rebuscar en Amazon he encontrado varios autores interesantes a los que invito. El objetivo es que se presenten ellos, que son los que mejor se conocen, así que yo me hago invisible por ahora (nos vemos más abajo).
Un escritor más, supongo; de esos que dan forma a mundos y reinos con sus manos, de los que crean vidas y las cambian para siempre. Viajes, aventuras, batallas; derrotas, victorias, pérdidas, lecciones... A través de las montañas, los campos, los bosques, los desiertos y parajes inimaginables; bajo las nubes, la luz del Sol y de la Luna, la luz de las Atalven. Esos son mis mundos y reinos, y en ellos podrás encontrarme.
¡Hola! Soy Daniel A. D. Pérez, escritor de fantasía épica y ficción. Nací en el 88, criándome en una época y ambiente tranquilos en los que, a causa de los caminos de la vida, acabé desarrollando una gran imaginación. Pasaba horas refugiado en aquellos pensamientos, aunque nunca supe bien qué hacer con ellos hasta 2010. Fue entonces cuando, poco a poco, de manera tímida, construí la que fue mi primera novela, El Jardín de Eierel. El resto es, como se suele decir, historia (o muchas historias). Ojalá esta entrevista les parezca interesante. Gracias, Selvar, por la oportunidad.
¿Dónde nacen tus historias?
De la inquietud causada por ideas que se revuelven en mi mente. Imágenes y escenas que deseo plasmar, transmitir de alguna manera. La inspiración se siente de manera física en el pecho, como una oleada de energía, y entonces debo dejarla fluir a través de los dedos y sobre el teclado. Es así como todo empezó.
¿Qué verdad ocultan tus historias?
El deseo de escapar de la realidad. No importa si hablan de una cosa u otra, detrás de cada una hay un alma encerrada en un cuerpo y un mundo en el que se siente alienígena. Cada historia ha sido un sueño, un breve espacio de tiempo en el que he vivido en mi auténtica realidad.
¿Quién debería leerte?
Apuntaría a los apasionados de la fantasía épica, principalmente. La mayoría de mis historias se basan en ese contexto fantástico medieval que tanto me gusta, en mi propia visión de esos mundos. Pero también tengo otra obra más oscura y real, Soy el infrahéroe, en la que quizá se identificarían aquellas personas que han pasado por problemas de depresión y ansiedad.
En 150 caracteres, ¿por qué leerte?
Porque escribo con el cuidado de un amante de las letras y la fantasía; me gusta lo que hago y me divierto, dejo sentimientos en los párrafos y busco siempre satisfacer a la imaginación.
¿Dónde están tus libros?
Los que he publicado se pueden encontrar en Amazon, buscando por Daniel A. D. Pérez, o siguiendo el enlace a mi perfil en página: Este de aquí.
¡Gracias, Daniel, por compartir este espacio!
A mi me gusta esto de las entrevistas, creo que son una buena oportunidad para conectar con personas. Las haré siempre que tenga voluntarios.
No-historias
Sobre sueños locos.
Aquí vamos:
No-historia #40
¿Cuántas veces he oído cantar a ese pájaro raro?
¿Cuántas noches me ha arrastrado hasta esta esquina del pueblo y canta… canta el extrañísimo bicho?
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No-historia #41
Ese de ahí… ¡Si, ese que se ve chiquito! Conviértelo en una gallina hasta mañana… Bueno, acércate entonces… ¿Qué te va a ver, si es estúpido? Acércate, yo te aseguro que es estúpido, ve y conviértelo en una gallina hasta mañana. A ver que le cuenta a la gente.
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No-historia #42
Por favor, joven, dos raciones más de pechuga de fénix y un poco de caldo de leviatán. Además, tenga el cuidado de traer vino de sangre de dragón, y para mi señora una ensalada de manzanas doradas y fruto Yggdrasil, las manzanas de cualquier lugar menos del paraíso. Gracias.
Frases de la semana
Frases que suenan bonito o cuentan cosas interesantes. Todas extraídas de libros de fantasía.
· “La verdad es una ilusión, y la realidad es subjetiva." Jamie Simons “Los Dioses Deben Estar Locos"
· “La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser." Ray Bradbury “El Hombre Ilustrado"
· “Los recuerdos son tan frágiles como los sueños." Orson Scott Card “La Saga de Ender"
Una duda existencial.
¿Dónde es un sueño?
Y vivieron felices por siempre…
Esto es todo por hoy, espero que disfrutaras el correo y que te fuera útil. Si quieres hacer alguna pregunta o proponer cualquier tema para futuros boletines responde a este correo, yo encantado de leerte.
Y recuerda: Despertarse por las mañanas es cosa de gente que todavía está viva.



